Sunday, January 18, 2009

Convergencia publicitaria

El año pasado fue oficialmente el primer año en que se invirtió más dinero en publicidad para juegos de video que para películas de Hollywood.

Parece mentira, pero hoy en día medios que antes parecían no tener ninguna importancia publicitaria son justamente los mejor usados por los marketeros con buen ojo. Y claro, dependiendo de la audiencia que se quiera atacar, las realidades son diametralmente distintas. Si a la gente de mi generacion cuando tuvimos edad post adolescente nos hubieran preguntado con qué aparato nos quedábamos, de poder escoger solo uno, la televisión hubiera ganado las encuestas, pero por mucho.

Hoy en día eso ha cambiado. Los jóvenes de entre 19 y 25 años de las grandes urbes se quedan con la computadora sin pensarlo. Además añaden que los medios tradicionales (La prensa, radio y TV) son aburridos y antisociales, mientras que la internet es exactamente lo contrario. The Coca-Cola company inventó en los años 50 el product placement, es decir, el colocar sutilmente su producto dentro de las películas de Hollywood para que la gente se identifique con los protagonistas y consuma la gaseosa. Hoy en día ese presupuesto se multiplica para colocar productos en Final Fantasy o en Grand Theft Auto.

Como si esto no fuera suficiente, nuevos medios abren miles de opciones a la colocación publicitaria. TV digital, telefonía movil, extranets; cualquier medio audiovisual que es administrado por un tercero podría potencialmente darnos un mensaje en el momento adecuado, esperando una respuesta comercial.

Suena un poco intimidante, pero en teoría esto abre una serie de plataformas para un mucho mejor servicio publicitario. Me explico: en medios lineales, como la prensa la radio y la TV, no hay forma de distinguir al usuario. Se manda masivamente el mismo mensaje para todos y el que lo necesite lo aprovechará, el resto simplemente lo descarta.

Con medios digitales es distinto: sabemos si los hombres que componen cierto segmento demográfico navegan ciertas páginas de internet a cierta hora, asi que a ellos les hacemos un banner publicitario específico para que aparezca cuando lo necesite. No vamos a ver anuncios de detergente en las paredes de la cuidad abandonada de Resident Evil.

Se viene una nueva era. Me imagino que igual se harán correcciones en el camino, pero preparémonos para recibir ofertas de Ripley en el celular cuando casualmente estemos caminando cerca de una de sus tiendas, o para recibir un e-mail de LAN justo en la semana en que normalmente planeamos nuestro viaje. Parece el futuro, pero es el presente.

Saturday, January 17, 2009

Unfinished business

Cada quien tiene un grado distinto de manías, y creo que es saludable por lo menos saber reconocerlas. Por ejemplo, sin llegar a extremos, yo soy de esas personas que se asegura que luego de abrir una puerta ésta se vuelva a cerrar. Lo mismo con los cajones, gabinetes, tapas de botella, frascos y demás. Si prendo una luz, la apago cuando ya no se necesita. Saliendo de mi auto me aseguro que las puertas esté cerradas (en la época que no existían pestillos eléctricos este trámite no era nada gracioso). Si abro un caño, una vez que no necesito el agua lo cierro inmediatamente. La lista es interminable.

En fin, el punto es que surge un problema cuando voy al cine. Hollywood sabe lo que hace; por un tema de presupuesto no pueden invertir en suficiente film para que los actores luego de abrir una puerta se molesten además en cerrarla. Además no tiene nada que ver con la trama, y para colmo en el intento podrían obstruir el ángulo de la cámara.

Estaré mal?, o no soy el único que se vuelve LOCO con el hecho que nadie en las películas le ponga seguro a su puerta principal, baje el pestillo de la puerta del auto, saque un polo del cajón y luego lo cierre, no apague la luz al salir de un cuarto, y una kilométrica lista de etcéteras.

La mayor parte del tiempo me puedo controlar y termino disfrutando la película (sobre todo si es buena), pero de vez en cuando este hecho simplemente me toca los nervios.

OK, lo admito, tengo aún temas que trabajar, pero desde aquí va mi homenaje a esos pocos productores de películas que le añaden realismo a la trama e incluyen estos pequeños detalles en el guión. Son muy pocos.

Saturday, January 10, 2009

El efecto túnel

El recientemente fallecido David Foster Wallace dió un discurso en el Kenyon College, en Ohio, en Mayo de 2005. Empieza con algo como "Dos peces jóvenes nadaban cuando de pronto se cruzan con un pez mas viejo que les dice "Buenos días chicos, qué tal está el agua?". Ellos siguieron nadando hasta que uno le pregunta al otro "qué demonios es agua?"".

Lo que les sucede a estos peces no es muy distinto a lo que nos sucede a todos, de una u otra manera, todos los días en nuestro entorno. Aquello que damos por sentado de alguna manera deja de ser evidente. Segun DFW, esto se debe a que vivimos una realidad en la que esperamos que todas las cosas giren en torno a nosotros, como si fueramos el centro del universo.
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La teoría es discutible, pero lo interesante es que en la práctica nadie se salva de este fenómeno. Todos padecemos en algún momento de una abstracción parcial de nuestro entorno de tal manera que perdemos la perspectiva. Estamos tan enfocados en la labor diaria, en un objetivo claro en el horizonte, que lo que sucede alrededor va perdiendo importancia. Más o menos como lo que ocurre en un túnel. Estamos tan enfocados en la salida que no vamos ni a mirar lo que esta sucediendo alrededor.
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A nivel corporativo este fenómeno es bastante común. Las empresas estan tan preocupadas del market share, de la meta de ventas, de lo que sea que ocupa su día a día que pierden perspectiva en detalles que podrían marcar una gran diferencia. O mejor dicho, en cosas que lejos de ser un detalle se acercan más a la esencia.
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Hay un ejemplo que siempre me gusta citar: La firma contable más importante de Nueva York en algún momento se detuvo a analizar qué es lo que los hacía tan exitosos con las empresas más importantes de Estados Unidos. Luego de varias sesiones "craneamiento" estratégico, se dieron cuenta que más alla de la contabilidad, ellos analizaban el desempeño financiero de cada uno de sus clientes de tal manera que los informes finales eran herramientas clave para un mejor desempeño.
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Esta firma decidió bajar el letrero de la puerta y reemplazarlo por uno más consecuente: decía "Andersen Accounting" y luego dijo "Andersen Consulting". Desde ese momento empezaron a cobrar el triple de lo que normalmente cobraban simplemente por descubrir qué es lo que realmente venden. Esta gente se deshizo de su túnel.
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En este siglo, no es raro que las empresas contraten asesores externos simplemente para que les den un poco de perspectiva. Esta gente no tiene que ser PhD en ninguna materia, ni premio Nobel, ni vidente de ningún tipo. Simplemente, tiene que venir de un entorno diferente al de la empresa y traer cosas a la mesa que los que están demasiado involucrados ya dejaron de ver.
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Tal vez sería una buena idea hacer el ejercicio a nivel personal, dejar de ser por un momento el centro del universo y evaluar si algo de lo que tenemos cerca es más valioso de lo que pensamos. Quien sabe, deshacernos de ese túnel y adquirir visión periférica podría ser mas provechoso de lo que pensamos.