Cambio de roles

El año pasado la empresa Frito Lay dió un premio de un millón de dólares a los hermanos Joe y David Herbert, de Batesville, Indiana. Este premio no fue por encontrar el sticker ganador en la bolsa de Doritos, ni por juntar tres bolsas y mandarlas por correo para entrar a un sorteo. Los hermanos Herbert, al igual que dos mil otros entusiastas, hicieron un comercial de 30 segundos y lo mandaron para el concurso.

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El comercial fue transmitido durante el Super Bowl, históricamente el punto mas alto del año en lo que respecta a rating televisivo. Tanto las empresas contratantes como las agencias de publicidad tratan de colocar en esa fecha sus mejores comerciales, los de más alto impacto. Esta vez no se gastaron millones de dólares en una mega producción, ni contrataron a los ganadores del festival de Cannes. Le dieron un buen premio a gente común y corriente, y transmitieron lo que a ellos se les ocurrió. Acá les muestro el comercial:
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Puede que no sea el mejor comercial que hayamos visto en la vida, pero es un reflejo de lo que está sucediendo hace ya un tiempo en la publicidad y el marketing.

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En 1999, un equipo de marketeros se juntó con el equipo técnico más capaz de Hewlett-Packard para producir un nuevo modelo de asistente digital personal (PDA, por sus siglas en inglés). En esta intensa sesión se dejaron de lado por completo las conversaciones acerca de microchips, megahertz, bitrates y demas tecnicismos. Se plantearon 4 escenarios, el del ejecutivo dinamico, la madre de familia, el estudiante, el repartidor de pizzas.
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Una vez comprendidas las necesidades de cada grupo de usuario, con respecto a lo que quieren ver, sentir y recibir de este aparatito, se evaluaron las capacidades técnicas, y el resultado fue la primera PDA que pudo vencer al mayor rival hasta el momento, la Palm. Nació con el nuevo milenio la serie 3600 de la hasta ahora popular iPaq.

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Hace unos años que el diseño de producto empezó a basarse enteramente en lo que el público opinaba del mismo, dejando de lado tecnicismos o visiones que salgan desde los laboratorios. Ahora ya no solo es el producto, tambien la comunicación es modulada por el consumidor.

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Probablemente el siguiente paso lo vamos a ver en los medios no tradicionales. Las comunidades que giran alrededor de un website, la comunicacion que cada uno recibe en el telefono celular o la información personalizada que nos traiga la TV digital. Nada de eso va a salir de una agencia de publicidad. Lo vamos a generar nosotros mismos.

Tolerancia Doméstica

Los que llevamos algún tiempo conviviendo con nuestra respectiva media naranja conocemos un fenómeno más que común: Cuando se ha desarrollado un alto nivel de confianza, tanto el decoro como la tolerancia bajan a niveles mínimos sin darnos cuenta.
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El saludo o la despedida amable es algo que no dejamos de hacer con gente que recien conocemos, se convierte simplemente en saludo o despedida entre la gente más cercana, y en casa a veces puede ser un trámite opcional. Podemos tener alguna consideración extra o aguantarle mas pulgas a la gente que trabaja con nosotros que a la gente que vive con nosotros.
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Lo interesante es que este fenómeno, contrario a lo que uno puede pensar, no es provocado por el hastío ni por influencias externas, si no que viene de adentro, de lo que cada uno de nosotros proyecta hacia estas personas. La relación con las personas que conviven con nosotros es cualquier cosa menos indiferente. Las amamos, y como consecuencia, por momento las odiamos.
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Nada más natural que este espontaneo odio. Herman Hesse decía que cuando odiamos a una persona, odiamos algo en ella que es parte de nosotros mismos. No podemos odiar algo ajeno, ya que esto nos es indiferente. Aún mas interesante es ver cómo el fenómeno se puede extrapolar a la psicología de las masas, y sin necesidad de tenerlos en casa podemos igualarnos a una figura pública de tal manera que es más fácil desaprobarla.
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Jorge Bruce lo puso muy claro en su columna durante el gobierno de Toledo: el presidente gozaba de una olímpica desaprobación popular, no necesariamente porque la gente esté más en desacuerdo con él que con Fujimori o con Belaúnde. Simplemente por el hecho de ser mestizo, como la mayor parte de la población, nos da el derecho a desaprobarlo abiertamente, sin contemplaciones. Es uno de nosotros, asi que le podemos dar con palo.
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Es probable que el éxito de muchas relaciones con largos años de convivencia sea tener la suficiente lucidez de vez en cuando como para no perder perspectiva y sacar detalles de la manga para demostrarle a esa persona que la intimidad no mata la sorpresa, y que se puede ser considerado por más confianza que haya.