Sunday, March 23, 2008

Listen with Ludwieg

Hace casi un año hice uno de los viajes más entretenidos que haya hecho. Alquilamos un auto en Amsterdam, y fuimos hacia el sur, manejando de ciudad en ciudad por el sur de Alemania visitando clientes. Mis dos compañeros de carretera eran (y siguen siendo) oficialmente aliados de negocios, pero la buena relacion que hemos sostenido por años, la empatía, la admiración y la capacidad de crear un ambiente jovial hace que además sean amigos de los buenos.

Como era de esperar, las largas horas confinados en un Ford Mondeo SW generaron conversaciones que a la vez de matar el tiempo desnudaban de alguna manera aspectos de la personalidad de cada uno, que hasta ese momento habían pasado inadvertidos. A mi por ejemplo, me encanta guardar datos curiosos en algun lugar de la mente para luego soltarlos cuando la ocasión lo amerite. Por lo general estos datos, a pesar de ser interesantes, no tienen la mayor trascendencia, lo que de manera lógica generó la joda que titula este post.

Cada vez que mencionaba las recientes regulaciones de velocidad en las carreteras Europeas, el por qué el sentido de transito en algunos países es inverso, o el origen de la palabra FUCK, mis compañeros de camino ponían voz de locutor y emulaban una cuña radial que introduce a un microprograma: "On the hour, every hour: Listen with Ludwieg". Al estar en Alemania, mis verdugos decidieron que mi nombre ya no sería Luis o Lucho, el más consecuente tendría que ser Ludwieg.

La riqueza cultural de los viajeros era insuperable. Gente bien viajada, bien vivida, con origenes multiculturales, multiétnicos y sobre todo mente abierta y buena vibra. Difícilmente se va a repetir, pero al igual que los miles de datos inservibles que almaceno en algún lugar de la mente, quedará registrado por lo menos en este blog.

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