Lo bueno, lo malo y lo feo

Cuando era niño yo pensaba que en el mundo habían dos tipos de personas: Las buenas y las malas. La gente que nos hacía un bien era buena, la que nos hacía algo malo era mala.

Mas adelante el panorama se va complicando. Resulta que esas cosas que pensábamos eran malas realmente nos estaban haciendo un bien, e inclusive ese aparente bien que algunos nos hacían resultaba de alguna manera nocivo. Los aliados de los buenos deberian ser todos buenos, pero a veces se colaba algun malo, y viceversa.

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Una vez que maduras, te das cuenta que esa imagen idealizada no existe. Aunque es verdad que existe gente muy buena y gente muy mala, nadie es completamente bueno ni completamente malo. Todos tenemos nuestros buenos y malos momentos, y de hecho una manera práctica de determinar el nivel de madurez de las personas es ver qué tanto saben discernir a las personas que tienen una mala intención de las que tienen un mal momento.

Si vemos lo que pasa en las carteleras, es interesante ver cómo esto se refleja en el cine. Se dice que el nuevo cine es el que trae un planteamiento distinto a nivel conceptual; los efectos especiales, el soporte digital, los encuadres, todo ayuda a contar la historia de una manera completamente diferente, pero también esta el planteamiento antagónico. El cine clásico hace una distinción muy clara entre "los buenos" y "los malos", y hace 30 años había que recurrir al cine de autor para ver personajes relatados de manera más real, en el borde entre lo bueno y lo malo.

El día de hoy es más común que el protagonista de la película sea el antihéroe, la persona que no es perfecta, el humano que comete mas de un error y no necesariamente le dedica el resto de la película a tratar de enmendarlo por el bien de la sociedad.

Si realmente el cine es un reflejo de la cultura, es interesante ver cómo ahora aceptamos más facilmente las diferencias que existen entre nosotros. Aceptamos a nuestros amigos, parientes y compañeros de trabajo como son, con sus cosas buenas y sus cosas malas, y no necesariamente tener diferencias hace que nadie se pase "al otro bando".

De todas maneras aún hay mucho trabajo que hacer en este sentido. Aún hay gente que asocia una mala experiencia o una mala imagen a una persona o un grupo de personas en particular, y esa etiqueta de "la gente mala" nubla su juicio durante meses, años, décadas o para toda la vida. Por mi parte trataré de ser una persona buena siempre que pueda, y de no negar mis malos momentos, porque sería negar mi naturaleza humana.