El origen del calzoncillo

Hace poco, durante un viaje a Arequipa, alguien hizo burla de la prenda que vestía un personaje en un cuadro colonial, colgado en una casona histórica. A pesar que la prenda sobrevive hasta el dia de hoy, no tiene ni de lejos la penetración que tenía hace algunos siglos.

Las calzas eran la prenda predilecta por los hombres en buena parte de Europa. Inventada en los reinos del norte, adoptada luego por griegos y romanos, y posteriormente exportada a las colonias, consistían en un tejido tubular que empezaba en la cintura, se partía en dos y cubría en toda su extensión las piernas, llegando inclusive a cubrir los pies.

A medida que los usuarios la fueron reduciendo y cortando, la prenda fue evolucionando de tal manera que dió origen a algunas otras prendas; y derivadas de la palabra original, nacieron los nombres de muchas de las prendas que todos nosotros usamos el día de hoy. De la rodilla hacia arriba las calzas dieron origen a los calzones y los calzoncillos. De la rodilla hacia abajo, lo que quedaba de las calzas se empezó a llamar medias calzas, y con el tiempo simplemente medias, o mas formalmente calcetines. Inclusive heredamos los términos que designan a alguien que está calzado o descalzo para la última parte de la prenda.

Ahondando en el origen de la palabra encontramos una paradoja. Viene del latin calceus, que es como denominaban los romanos a cualquier calzado que cubríera el talón (para ellos lo común era usar sandalias o ir descalzo, cualquier otra cosa era una prenda barbárica y por tanto vulgar). Finalmente este uso despectivo termino invadiendo Europa y generando prendas hasta hoy inevitables.