Empleabilidad

Ante una crisis financiera como la que vivimos, muchas empresas se encuentran ante escenarios sumamente difíciles. Recortar presupuestos quiere decir en muchos casos optimizar nuestros recursos, en otros dejar de ejecutar estrategias específicas, pero en los mas extremos quiere decir que tenemos que reducir el tamaño de la empresa y dejar ir algunos talentos.

La pregunta difícil en ese caso es "A quién dejamos ir primero?" y después "Cómo reemplazamos ese vacío?". Es tentador tratar de reemplazar talentos viejos por jóvenes, ya que estos últimos han estado capacitándose hace menos tiempo, por lo tanto han recibido conocimiento más actualizado. Es gente que aún no hace vida familiar, por lo tanto tienden a dedicarle más tiempo al trabajo, y su exigencia salarial no es tan alta como la de un senior.

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Paradójicamente, los números nos terminan regresando a tierra. Los ejecutivos y/o gerentes con experiencia son los que históricamente han llevado a las grandes empresas del mundo a sus mejores desempeños, o las han sacado de las peores crisis. En su libro Good to Great, Jim Collins identifica como uno de los 7 puntos en común de las empresas que más sobresalen en la historia de los Estados Unidos al hecho que sus CEOs no hayan sido contrataciones de superestrellas. En todos los casos han sido hombres de familia, sin mayor figuración mediática, que salian de la oficina en el horario establecido y llevaban una vida austera.

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Probablemente este hecho tenga que ver con lo que que toma adquirir pasta de gerente. Es cierto que no se puede llegar lejos si no se conoce acerca del negocio que uno dirige, pero tambien es cierto que un buen gerente no es el que sabe hacer bien un trabajo específico. Un buen gerente es aquella persona capaz de sacar lo mejor de la gente que trabaja con él, y para trabajar con gente, uno tiene que ponerse en los zapatos de la gente.

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Por simple estadística, la mayor parte de personas en una organización van a estar en edad "familiar". Van a tener una esposa y/o un par de hijos que mantener en casa, van a tener una realidad completa fuera de la oficina, e inclusive van a tener alguna actividad extracurricular que desempeñan con entusiasmo. Si un administrador o un gerente no sabe entender estas realidades y balancear la exigencia laboral, esta jugando un partido con un par de goles en contra.

Ese joven y prometedor ejecutivo algún día se convertirá en un gerente con experiencia, y tenemos que dejar el camino limpio para que llege en su momento, pero aparentemente, robarle años al reloj no siempre es una buena idea en este sentido.