Seguimos en secundaria

Cuando uno vé las empresas, estrategias y personas triunfadoras en distintas industrias, es difícil encontrar puntos en común, como para elaborar un modelo. Siempre habrá alguien cuyo éxito se basó en alguna circunstancia, habilidad o idea que no coincide con el resto de logros a su alrededor.

Es por esto que me parece meritorio el trabajo de Jim Collins, en su libro Good to Great. Collins, junto a un equipo de academicos, analiza a profundidad 40 años de desempeños extraordinarios en distintas empresas y encuentra 7 puntos en común que estas organizaciones y sus líderes poseen. No voy a ahondar en los resultados, solo les digo que es de lectura obligatoria.

Otro trabajo que vale la pena mencionar, el que me lleva a escribir este post, es el de Harry Beckwith, con su Selling the Invisible. Aca Beckwith asevera que hagas lo que hagas, siempre queda un espíritu adolescente en las empresas que lideran cualquier industria. Hay una sensacion placentera cuando lo que observamos en la realidad coincide perfectamente con lo que alguien escribe en un libro, es como que uno siempre lo ha sabido en borrador, pero algun fulano lo sabe poner en limpio. Me explico:

Los colegios siempre nos han machacado la idea de la excelencia académica, y los premios, reconocimientos y laureles más enfatizados siempre han sido para los que logren las mejores notas. Sin embargo, cuando avanzamos en la vida encontramos que esas personas que sacaron las mejores notas no son necesariamente los que "triunfaron" en la vida.

Pongo esta palabra entre comillas porque siempre el triunfo tiene diferentes definiciones, en este caso me estoy refiriendo a lo que debería derivarse directamente de lo que nos enseñan en el colegio: un buen rendimiento en una buena universidad, un buen trabajo. Esas cosas.

Si vemos a esos profesionales que triunfan hoy en día, vamos a encontrar que siguen siendo los bacanes del cole. Los que supieron cultivar sólidas amistades, los que generan la admiración de las personas que los rodean, los que administran de manera justa tanto palabras amables como fuertes en el momento adecuado. Habilidades que poco o nada tuvieron que ver con las notas que se sacaron y que tan ciegamente los educadores de mi época pasaron por alto. Si ya ustedes pensaron en 3 o 4 personas que calzan con la descripcion, mi labor está hecha.