Cuestion de fe

En mi último viaje me reuní con una amiga de esas que sólo se ven de vez en cuando, pero al hablar siempre queda una sensación de haberse visto hace poco y con frecuencia.

Esta chica es una experta en temas místicos. Con esto no quiero decir que sea una de esas pastrulas que anda descalza pensando en pajaritos y que cree que todo es paz y amor. Todo lo contrario, ha investigado, estudiado y experimentado suficiente como para saber que existen metodos alternativos para lidiar con problemas de todos los días.

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Durante la cena hablamos de medicina homeopática, la energía de las flores, la energía de las piedras, meditación trascendental, budismo y el sincronario Maya. Cada elemento de conocimiento tiene distintas "propiedades", o explica distintas realidades, y es interesante ver cómo mientras más ahondas en el conocimiento, más parecen ser piezas distintas del mismo rompecabeza.

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Yo nunca he sido una persona muy religiosa. Mi conocimiento de lo paranormal es limitado, y tengo poca fé en cosas que requieren que me desprenda de la razón y confíe ciegamente en algun pedazo de información que no tiene lógica. Sin embargo, de vez en cuando me topo con información que simplemente tiene sentido.

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Por ejemplo, siempre he pensado que hay una manera lógica de encontrar balance con lo que nos rodea, y es mediante la conexión con la naturaleza. La gente que usa piedras para balancearse conoce las propiedades que esta combinacion de minerales puede tener en nosotros. Las escencias de flores o la medicina homeopática es simplemente una manera sin excesos de usar elementos de la naturaleza para sanarnos o estimular nuestros sentidos.

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No es ninguna novedad que el calendario gregoriano es una burla tan manida por la historia como la religión Católica, y no nos sorprende que no calce con la realidad, al punto que no mide al año por los 13 ciclos lunares que realmente tiene, y que torpemente tengamos que añadirle un día a Febrero para no desfasarnos en el tiempo natural de la tierra. Es un alivio entonces encontrar que el sincronario Maya calce de manera tan exacta con la realidad. Los elementos que encontramos en él se extraen de las cosas que nos rodean, y no al revés.

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Difícilmente me voy a convertir en un fanático de ninguna de estas vertientes. Pienso que ya sea que alguien esté en búsqueda de trascendencia, sanación, conexión o simplemente balance, vamos a usar distintas técnicas que rayarán en lo natural, religioso, filosófico e inclusive político. Lo importante es que estemos convencidos que funciona.