Wednesday, August 13, 2008

Valle Sagrado

Me encanta viajar por el Perú. Una de las cosas mas simpáticas que tiene mi trabajo es que me toca hacerlo con cierta frecuencia, y me permite ver sitios fantásticos y conocer realidades distintas.

Ayer salí a correr tempranito por el Valle Sagrado, desde Yanahuara en dirección a Ollantaytambo. Me dieron los 5 Km y di la vuelta hacia el hotel, pensando que la mayor parte del camino de ida fue de bajada, asi que en el camino de vuelta iba a ser duro mantener el ritmo.

Al poco tiempo veo un perro corriendo en la misma dirección que yo (cuando uno corre en provincias siempre hay que estar atento a los perros), venia con otro perro, y un niño en bicicleta. Afortunadamente, no tenían ninguna intención de jugar a "atrapa el huesito" con alguna de mis extremidades.

Era lindo el primer perro. Algun antepasado tiene que haber sido Husky: pelaje tupido, orejas levantadas, contextura de lobo. El niño baja la velocidad y se coloca a prudencial distancia. Con toda seguridad no se cruza todos los días con gente en shorts corriendo por la carretera así nomas porque sí.
Le pregunto: "Cómo se llama tu perro?"
"Colmillo Blanco"
"Está bonito"
Inmediatamente aboga por el otro "Y este, no te gusta?"
Lo miro bien, y efectivamente es un chusco bien bonito. Contextura atlética, pelo corto y brillante, orejas caídas, cola corta. Le digo "Tambien me gusta. Cómo se llama?"
"Taf" me dice, con una semi sonrisa de orgullo en la carita. Si el nombre del primer perro hace alusión a una novela de Jack London, no seria sorprendente que el nombre del segundo venga de la palabra Inglesa tough.

Me pregunta a qué hora me desperté para salir a correr, y le cuento que a las 6. Su rostro se ilumina y el pecho se le hincha, el me dice "Yo me levanté a las 4"

Me cuenta que se llama Julio, que tiene que levantarse a esa hora porque la compuerta de la acequia está del otro lado del puente, y él es el encargado de regar la chacra. Ellos cultivan maíz, que han ido sembrando poco a poco durante la temporada, y que recien el año que viene van a cosechar. Luego se va al colegio.

Julio tiene 12 años, pero parece de 8. Es original de Lamay, pero cuando murió su Papá se tuvo que mudar al pueblo donde vive ahora porque es mas fácil ir al colegio y compartir una casa con otras familias. Cuando Julio llega al puente para subir a su chacra de nuevo se despide con una gran sonrisa. Probablemente para él este encuentro fue tan emocionante como para mí. Yo recién en ese momento me doy cuenta que la subida de regreso no fue tan pesada con compañía, pero que aún me faltan 3 kilometros, asi que me concentro en ver cómo el sol de la mañana disuelve la niebla y baña los cerros del Valle sagrado. La próxima vez que me coma un choclo me voy a acordar de Julio, y probablemente me sepa mejor que cualquier otro choclo que haya comido antes.

1 comment:

Anonymous said...

Hola!
invitada por el SAPO,como cada vez q envie una de sus mails multitudinarios, hoy me dedique a sapear el blog del sapo, en vez de trabajar, y haciendo clicks, no se como llegue e tu blog.. lei por ahi Luis Zapater y me dije.. ah si,... claro q recuerdo.. y empeze a leer un par de tus historias..esta del valle Sagrado me gusto muchisimo, que bonita Historia, me has hecho pensar, extrañar, y revivir memorias.. una historia tan simple, pero tan bella.. y que cuando uno esta lejos..se aprecia mucho mas
Gracias por compartirla..
y bien ahi con la condicion fisica... asuuuu jajaa
Anyela